Carta a los Amigos de la Fundación Texo
“El ave de Minerva sólo levanta el vuelo en el atardecer”. Esta máxima escribía Hegel hace dos siglos en el prólogo de su libro “Filosofía del Derecho”. Lo que quería decir con ello es que todo momento histórico sólo se comprende una vez que este ha concluido. El búho de Minerva, diosa griega de la sabiduría, solo nos traerá su mensaje al finalizar el día, por tanto, los eventos históricos que estamos viviendo solamente se volverán claros cuando miremos hacia el pasado, como el Ángel de la Historia de Walter Benjamin.
Sin dudas estamos asistiendo al comienzo de una nueva Era, y de un cambio de paradigmas que nos debería llevar a reinventarnos como sociedad. Desde ahí, el arte, bajo todas sus formas — bajo todos sus disfraces — juega un rol fundamental, visible, aunque no siempre legible, pues es sabido que la creación artística en muchas ocasiones ha precedido al entendimiento de los acontecimientos, iluminando la escena de antemano, con la llama de lo profético.
Aún nos es difícil descifrar la importancia que adquieren en este momento las imágenes y representaciones producidas por nuestros contemporáneos. Por ello dichas prácticas deben ser fomentadas y rescatadas, más que nunca.
Salvo honrosas excepciones, las políticas culturales públicas han dado históricamente la espalda a este tipo de producciones, y las pocas instituciones que en los últimos años supieron implementar verdaderas políticas de Estado, han visto sus programas dramáticamente recortados de la noche a la mañana, por la miopía de quienes rigen los destinos de este país.
Afortunadamente, existen personas e instituciones privadas que continúan dando cobijo a la producción artística y cumplen la función de amplificadores de las mismas.
Cuando decimos — desde la Fundación Texo — que nuestra misión es “Mostrar al Paraguay lo que nos hace únicos a través del arte”, no solamente pretendemos hacer visible la producción de los artistas, sino también hacerles lugar, para que ello ocurra como experiencia, como acontecimiento.
Entendemos que iniciativas como la nuestra, la del Museo del Barro, la Fundación Itaú, la Fundación Huellas de la Cultura Paraguaya, El Centro Cultural del Lago, El Cántaro, ferias como Oxígeno, La Noche de los Museos, centros culturales, galerías y colecciones de arte privadas, deberían seguir fortaleciendo el espacio del arte — y de los artistas — , porque desde ahí se resguarda, de manera contingente, subjetiva, aún frágil, no sólo la memoria del pasado o la del presente, pero también — y sobre todo — la de nuestros posibles futuros.
Fredi Casco
Director Artístico
Fundación Texo para el arte contemporáneo
*Frase tomada de la serie Twin Peaks de David Lynch
