Bettina comentaba en una entrevista que el interés que tiene con las herramientas, la fuerza, la soldadura, el hierro entre otros materiales vienen de la mezcla de experiencias infantiles de felicidad que pudo experimentar.

Desde pequeña tuvo experiencia con el reciclaje debido al cambio que sus padres realizaron en su casa familiar, lo cual la llevó a compartir experiencias con los albañiles, compartía con ellos el tereré, sus mortadelas y cigarrillos. Ellos le enseñaron a usar varias herramientas. Bettina tenía un cuaderno sin rayas en donde dibujaba planos, casas, bibliotecas y aeropuertos.

Sus maestros fueron Livio Abramo y Luis Carmona, comenta que Livio le decía que no haga las cosas tan rápido y eso la ayudó a tener paciencia consigo misma y con su producción. En esta época, los ejercicios realizados la llevaron a una abstracción que se vuelve casi pura geometría, eso influyó en gran manera en cómo la artista percibe la ciudad.

Luis Carmona fue su profesor de Semiótica en el ISA (Instituto Superior de Arte) de él aprendió a cuestionarse las cosas, todo lo que tiene que ver con la conceptualización de obras, el mensaje entre líneas de los textos, el metalenguaje.